Estos pequeños automóviles, popularmente conocidos como “microcoches” son denominados por el Reglamento General de Vehículos como 'cuatriciclos ligeros'. Estos vehículos de cuatro ruedas -clasificados por la Unión Europea como categoría L6e- pueden contar con dos plazas como máximo (incluyendo la del conductor) y tienen limitada por construcción su velocidad máxima a 45 km/h. Para los que emplean motor térmico, su cilindrada está limitada a 50 cm3 si el encendido es por chispa y a 500 cm3 si es por compresión. El peso total no debe superar los 425 kg en orden de marcha, quedando excluidos de dicho límite la masa de los ocupantes del vehículo y, en el caso de que la propulsión sea eléctrica, la masa de la batería.
Dado que los cuatriciclos ligeros no pueden superar la velocidad de 45 km/h, no se permite su acceso a autopistas ni autovías, de manera que su ámbito de uso queda limitado al entorno urbano y las carreteras convencionales. Estas restricciones de circulación son las mismas que se aplican sobre los ciclomotores; y como sucede con aquellos, al circular por carretera deberán hacerlo por el arcén o, en su defecto, por la parte imprescindible de la calzada.
Teniendo en cuenta estas limitaciones, ¿cuál es la ventaja clave de los cuatric¡clos ligeros? El hecho de que para conducirlos no necesitamos tener “carnet de coche”; lo que, ojo, no significa que podamos hacerlo sin carnet ninguno...
¿Qué permiso hace falta para conducir un “microcoche”?
Podrán conducir un cuatriciclo ligero todas las personas que tengan en vigor los permisos de conducción A1, A2, A (todos ellos para motocicletas) ó B (turismos y furgonetas); y para quienes no cuenten con ninguno de aquellos, el Reglamento General de conductores exige obtener el permiso de conducción AM. Sí, el mismo de los ciclomotores, ya que dicho permiso autoriza conducir ciclomotores de dos o tres ruedas, vehículos para personas de movilidad reducida y, en efecto, cuatriciclos ligeros. Para obtenerlo, es necesario superar una prueba de aptitud psicofísica, un test de la Jefatura de Tráfico (examen teórico) y una prueba práctica.
Y aquí es donde esta categoría de vehículos de cuatro ruedas encuentra su lugar en el mercado. Los hemos visto en muchos pueblos de nuestra España, conducidos por personas mayores que sólo necesitan moverse por su ámbito rural; los han adquirido muchos clientes de mediana edad que nunca llegaron a “sacarse el carnet de conducir”, y los hemos visto en las mejores zonas residenciales a manos de post-adolescentes que no han alcanzado la edad mínima para acceder al carnet de coche pero que desde los 15 añitos ya pudieron obtener el permiso AM.
